Senegal «Esencia de África»
El viaje ha sido una gran aventura e intenso, muy intenso. Hemos tenido cada día muchas situaciones y vivencias que serán inolvidables: las veteranas motos que llevábamos, las pistas y carreteras, los poblados, las poblaciones más grandes, la pobreza que hemos visto, los olores, el ruído de la selva por la noche, navegar en un pequeño bote por el río Gambia hasta el anochecer, el lago Rosa y las playas de Dakar pero especialmente nos quedamos cona la gente de Senegal. Hemos realizado un viaje extraordinario probablemente el viaje más especial hasta la fecha siendo conscientes que el realizarlo con motos de más de 20 años le ha dado un aire más aventurero y romántico. Ahora en casa, la mente es una sucesíón de imágenes donde tienen cabida multitud de saludos, sonrisas,abrazos y paisajes. Senegal nos ha cautivado por su hospitalidad, sus gentes y su belleza….¿A que esperas para descubrir la esencia de África?
Tramos de puro Off Road con pistas de arena roja y el no pasar de 80 kilómetros por hora en toda la jornada para conservar la mecánica nos impide llegar a Tambacounda y tenemos que dormir en un campamento en Kaffrine. Aparentemente el campamento es muy bonito y probablemente en épocas pasadas viendo las fotos de los safaris que se organizaban gozó de máximo esplendor pero a la mañana siguiente las picaduras de chinches nos devuelven a la cruda realidad. Estos insectos, al alimentarse e hincharse de sangre su cuerpo se agranda y su color cambia de café a rojo pálido y con la luz de la mañana las veo perfectamente merodeando por mi cama….¡Qué cabronas!. Aún escribiendo este artículo tengo sus recuerdos en mis manos.
Tras el susto llegamos al campamento y descubrimos quizá la imagen más impactante de todo el viaje…»El espectacular Río Gambia». Era la imagen típica de las películas de la selva y decidimos de forma unánime que este sería nuestro campamento base para movernos en los próximos días. Sin tiempo para quitarnos prácticamente la indumentaria motera nos ofrecen la posibilidad de recorrer durante más de dos horas el río e ir en busca de hipopótamos. ¡Como expresar esa vivencia!…navegar hasta el anochecer en ese pequeño bote los dos solos sin turistas, rodeados de fauna salvaje nos permitió sentirnos como auténticos privilegiados y me acordé de un fragmento de texto del libro. «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad que decía lo siguiente…»El crepúsculo llegó deslizándose hasta allí mucho antes de que se pusiera el sol. La corriente fluía mansa y veloz, pero una muda inmovilidad se había asentado en las riberas. Los árboles vivientes, aprisionados por las lianas y por cada uno de los arbustos vivos que crecían en la maleza, podrían haber sido transformados en piedra, incluso la rama más delgada, incluso la hoja más ligera. No era un sueño, parecía algo sobrenatural, como un estado de trance»….
Tras la cena y bien entrada la noche, nos tumbamos en unas hamacas con una cerveza en la mano para disfrutar del ruido de la selva. Los aullidos de los monos, el canto de las aves junto con algún rugido de un gran felino dio por concluido un día para el recuerdo.
Una vez allí y con el relajamiento que da el haber cumplido con el objetivo del viaje, decidimos que podría ser buena idea llegar a Dakar por la playa y aunque algunos nos indican que el problema es que la marea puede estar un poco alta. Hacemos oídos sordos y nos ponemos rumbo a Dakar disfrutando de la belleza de las playas senegalesas…..y cuando más estábamos disfrutando calculé mal (probablemente mi mente estaría en aquellos legendarios videos del Dakar cuando salían todos en línea) y una ola me arrastró a mi y a la moto al mar….con un nuevo chapuzón esta vez involuntario.
A partir de allí ninguna de las motos arrancó y como faltaban muy pocas horas para coger el avión, un viejo Land Rover nos tuvo que llevar esos últimos 30 kilómetros a nosotros y nuestras motos hasta Dakar. El viaje con el Land Rover daría también para otro reportaje…(paradas constantes para echar agua, atascamiento en la arena y finalmente pinchó una rueda)…..»llegamos con el tiempo justo para coger el avión»
Viaje publicado en la revista Solo Moto 30 Nº 338
Resumiendo, el viaje ha sido una gran aventura e intenso, muy intenso. Teniendo cada día muchas situaciones y vivencias que serán inolvidables: las veteranas motos que llevábamos, las pistas y carreteras, los poblados, las poblaciones más grandes, la pobreza que hemos visto, los olores, el ruído de la selva por la noche, navegar en un pequeño bote por el río Gambia hasta el anochecer, el lago Rosa y las playas de Dakar pero especialmente nos quedamos cona la gente de Senegal.
Hemos realizado un viaje extraordinario probablemente el viaje más especial hasta la fecha siendo conscientes que el realizarlo con motos de más de 20 años le ha dado un aire más aventurero y romántico.
«El termor a la muerte nos aleja de la vida y no de la muerte »
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